Cómo enseñarle a tu hijo/hija a nadar - Aquashop

CÓMO ENSEÑARLE A TUS HIJOS A NADAR

¿Tu hija o hijo tiene miedo al agua? ¡Ayúdale a familiarizarse con ella y a divertirse nadando!

Si cada vez que llevas a tu hijo a la alberca es un sufrimiento para él… tranquilo(a), es normal. Muchos niños pequeños, cuando ven el agua por primera vez les asusta, pero no es una cuestión de miedo, es desconocimiento. Se encuentran ante una situación desconocida y esto puede provocar angustia en los pequeños. Si muestras seguridad ante esta situación, tu hijo notará que no tienes miedo y se le pasará pronto.

Para enseñar a nadar a tu hijo, primero tienes que tener en cuenta las fases que podemos encontrar durante el aprendizaje de la natación:

  • Iniciación y familiarización con el agua

  • Respiración

  • Flotabilidad

  • Desplazamientos

    como enseñarle a tu hijo a nadar

Para que tengas una idea aproximada de qué debe aprender nuestro hijo en cada fase vamos a hacer un breve resumen de cada una de ellas, explicando algunos ejercicios y detallando qué material es adecuado para cada fase.

Iniciación y familiarización con el agua

Como bien indica su nombre, esta es la primera fase en la que tu hijo va a iniciarse y familiarizarse con el agua. ¿Cómo? teniendo contacto con el agua, perdiendo el miedo a ella y empezando a disfrutar en la alberca y dejaremos de preocuparnos por nuestros niños.

Para esta fase podemos empezar sentándonos en el borde de la piscina, al lado de nuestro hijo, y metiendo los pies en el agua. Una manera sencilla de empezar a mojarnos es dar patadas en el agua, a nuestro hijo le parecerá algo divertido y sin darse cuenta habrá empezado con el primer contacto con el agua. Si el pequeño ya está más familiarizado con el agua, podemos probar a meternos en ella y dejarlo que se tire desde el borde.

Respiración

Segunda fase, y como bien indica su nombre es el momento en que los peques deben aprender a respirar bajo el agua. Cuando nuestro hijo ya no tenga miedo a meterse en el agua es momento de enseñarle a respirar, ya que las primeras veces que los peques meten la cabeza debajo del agua sin querer respiran y tragan agua por la nariz o la boca.

Un ejercicio muy sencillo para controlar la respiración es meterse en el agua con ellos y hacer burbujas dentro del agua. Es algo que para nosotros es sencillo, pero que si tu hijo no acaba de entender muy bien sólo tenéis que explicarle que tiene que soplar muy fuerte. Primero, es mejor que lo intenten por la boca y cuando ya lo controlen, que lo intenten por la nariz.

Cómo enseñarle a tus hijos a nadar

Flotabilidad

En esta fase, una vez dominadas las dos anteriores, tu hijo debe aprender a flotar dentro del agua y sin ayuda de ningún elemento de flotabilidad. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando ya se sienta seguro nadando con manguitos, flotador o similar debe aprender a sentirse seguro él solo.

El ejercicio más utilizado para aprender esta fase es, sin duda, “hacer el muerto”. Simplemente es ponerse boca arriba en forma de estrella (esto para ellos será más fácil de entender) y contar hasta 10. Al principio, es normal que tenga miedo, por lo que es aconsejable poner una mano debajo de la cabeza y otra en la espalda para ayudarlo a flotar y darle esa seguridad que necesita. Poco a poco hay que ir soltando esas manos que le sujetan, primero la de la espalda y después la que sujeta la cabeza.
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Desplazamientos para nadar

Última fase y la más divertida, tanto para los peques como para los padres. En esta fase nuestro hijo ya va a empezar a tener autonomía en el agua y realmente va a disfrutar nadando.

Como ejercicios recomendados en esta fase hay muchísimos, ya que es la que más dura en el aprendizaje de la natación. Podemos empezar con algunos ejercicios básicos como desplazarse desde una parte de la piscina a otra, primero con la cabeza fuera del agua. Para ello podemos utilizar dos tipos de material: la tabla para niños o incentivando su desplazamiento en el agua con un juguete didáctico
Segundo, podrá sumergirse en el agua, con la ayuda de las tiras o aros sumergibles.

Es importante que acompañemos a nuestro hijo en cada una de estas fases, ya que contigo al lado se sentirán más seguros. Recuerda que cada niño tiene un tiempo de aprendizaje por lo que es importante tener paciencia, no agobiarse y mucho menos obligar o forzar alguna de las fases.

 

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